

La marca Quartier – barrio en idioma francés – nace ya con la ambición de generar ámbitos cuasi urbanos pensados con coherencia y simplicidad para ser vividos desde el comienzo según las aspiraciones – quizás ignoradas pero siempre latentes – del target al que van dirigidos.
El esquema de trabajo comienza con la atenta selección entre el abanico de oportunidades y localizaciones que se nos presentan. Cada uno de ellos es pensado en línea con esa conciencia colectiva que intentamos investigar o intuir previamente y que luego los acompaña. Finaliza con el análisis de su integración a la trama urbana, y que ésta se dé naturalmente, como si lo estuviera esperando.
Todo barrio tiene sus códigos, su personalidad, sus calles de uso predominante comercial o recreativo; fue planificado, más luego moldeado según la natural sabiduría de usos y preferencias de sus vecinos y comerciantes, en permanente evolución. Los más antiguos, tradicionales u olvidados, lucen una coherencia vital que los caracteriza, volviendo a ser atractivos en algún momento para el insaciable mercado expectante.
Y esa eficiencia natural, que en los barrios va creciendo espontáneamente con el tiempo, se da también en los Quartier, pero desde el origen, por un concienzudo y riguroso trabajo previo.
La clave está en ese particular modo de encarar cada proyecto que privilegia la racionalidad, la eficiencia y es enemiga del lujo superfluo. Que ofrece unidades de negocio simples y transparentes. Que tiene un compromiso especial con sus productos.
Por eso Quartier, marca seria y consolidada, es el reflejo de una búsqueda consciente y un éxito sistemático en alcanzarla.
Quartier es una idea, un desafío, un modo de hacer.